Modesta Bor: Ecos de un Siglo Coral

Cuando las voces se convierten en memoria y el canto en historia.

En una tarde colmada de emoción y tradición coral, la Sala Anna Julia Rojas  de la Universidad Nacional Experimental de las Artes, Unearte, se llenó hasta el último asiento para dar inicio al «Año Jubilar del Centenario de Modesta Bor», hermoso tributo al legado de esta insigne maestra. Con un esplendor que difícilmente se repetirá, siete agrupaciones de excelencia se unieron en un mismo escenario para honrar a quien, nacida un 15 de junio de 1926 en Juan Griego, llevó el nombre de Margarita a los palacios de la música universal.

Voces que trascienden el tiempo

El rector Ignacio Barreto destacó que es una maravilla ver como Modesta Bor convoca una gran cantidad de persona, “nos una, que maravilla este ciclo que nos acompañará hasta 2026, difundir su vida y su obra. El canto coral late fuerte en Venezuela gracias a esta margariteña universal.”

Agregó que sus composiciones y manuscritos están en resguardo en la Biblioteca Nacional de Venezuela, a la disposición de todo el que quiera consultarlo y difundirlo, “tenemos el deber de hacer sonar sus madrigales y arreglos de nuestra música tradicional”.

Un espectáculo coral inolvidable

La actividad que honró la labor de Modesta Bor, contó con la participación de diversas agrupaciones corales que de forma amena y muy especial entonaron las composiciones de la homenajeada.

Orfeón Universitario Unearte – Caracas (Orlando Sandoval Martínez), abrió la velada con el himno nacional y continuó con tres emblemáticas obras de Bor: “La mañana ajena”, “La negra Atilia” y “Regresó al mar”. Al cierre de su presentación, el Vicerrector Académico Nelson Hurtado entregó un reconocimiento al Orfeón por su fidelidad al estilo de la maestra.

Coral de la Facultad de Humanidades y Educación (UCV) (Roberto Ruíz Luiggi), cautivó al público con “En atisbo de azules”, “Criollísima” y “Velero Mundo”. Su antiguo miembro fundador, Ignacio Barreto, hoy rector de Unearte, galardonó a la Coral con palabras de gratitud por su aportación a la formación de nuevas generaciones.

Coro de Voces Oscuras UCV – Maracay (César Liendo), ofreció el místico “Ave María”, seguido de la vitalidad de “Si vas de prisa” y “Fiesta a San Juan”. El maestro Orlando Sandoval y el rector Barreto hicieron entrega conjunta de la distinción a este histórico ensamble.

Cantoría Universitaria Simón Bolívar (Jesús Ponce), encendió el recinto con “Aquí te amo”, “Fulía de Cumaná” y “Son homenaje”. La Vicerrectora de Poder Popular, Lisbeth Villalba, se encargó de otorgar el diploma de honor a la agrupación.

Cantarte (César Alejandro Carrillo), brilló con la audacia de “Manchas Sonoras” en sus tres movimientos: “Planos de luz”, “Requiebros” y “Esguinces rítmicos”. El Rector Barreto, emocionado, rindió homenaje a Carrillo y sus músicos.

Orfeón Universitario UCV (Raúl López Moreno) tejió un canto entre la noche y el mar con “La balada de la Luna, Luna”, “El Pescador de Anclas” y “Velero Mundo”. El Vicerrector Hurtado fue el encargado de hacer entrega del reconocimiento al orfeón.

Orfeón Libertador (Jaime García), selló el concierto con “Kyrie”, “Habladurías” y “Bilongo”. La distinción final fue entregada por el propio Orlando Sandoval y el rector Ignacio Barreto. Y para el gran cierre, el Orfeón Libertador, interpretó “Apure en un viaje”.

Por su parte, el maestro Orlando Sandoval recalcó, “Pocas veces se pueden reunir estos coros en una sala de concierto. Hoy, Modesta Bor vive en cada fibra de este canto.”

Evocación de una vida consagrada a la música

Desde sus primeros pasos en la isla de Nueva Esparta, Modesta Bor mostró ese fuego creativo heredado de “Maneque” y Alicia Caraballo Reyes. Formada en la Escuela Superior de Música “José Ángel Lamas” bajo la guía de Vicente Emilio Sojo, abrazó las corrientes nacionalistas y vanguardistas de los años 50, llegando a conquistar el Premio Nacional de Música en 1991. A pesar de que la enfermedad truncó su carrera como intérprete, convirtió cada limitación en oportunidad, dedicándose con pasión a la composición, la docencia y el rescate de la música tradicional venezolana.

Como pionera, sus corales y arreglos han nutrido el repertorio de casi todas las agrupaciones del país, y su poema sinfónico «Genocidio» marcó el umbral de la posmodernidad musical en Venezuela.

Con esta gala inolvidable, Unearte no solo dio inicio al Año Centenario de su maestra (1926-2026), sino que sembró en cada estudiante y en cada venezolano la semilla indeleble de inspiración coral. Que el eco de estas voces se transforme en faro para las futuras generaciones, recordándoles que en la melodía colectiva reside la fuerza de nuestra identidad y la esperanza de un mañana tejido en armonía.

Que el ejemplo de Modesta Bor, su entrega, su coraje, su pasión por la innovación y su amor por la cultura venezolana ilumine el camino de quienes hoy toman las batutas, afinan partituras y elevan sus voces con un solo propósito: honrar la memoria de una compositora que convirtió el canto en acto de libertad y comunidad. Su legado, más allá de partituras y arreglos, es una antorcha encendida que arde en cada aula, en cada coro y en cada corazón. Este centenario no es solo un ciclo de conciertos, sino un compromiso perpetuo con la excelencia artística y el noble sueño de unir a Venezuela a través del arte.

Texto: Daniela Barrios
Fotos: Frankmary Soriano
Prensa @culturasunearte

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