Festival de Cine Ruso en Venezuela: una ventana cultural que une a dos pueblos a través del séptimo arte

Festival de Cine Ruso Venezuela 2025, un evento que celebra el poder del cine como lenguaje universal y como herramienta para fortalecer los lazos entre dos naciones hermanas: Rusia y Venezuela.

En la sala Anna Julia Rojas del Centro de Aprendizaje y Creación Artística, Aquiles Nazoa, de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) se inauguró el Festival de Cine Ruso Venezuela 2025, un evento que celebra el poder del cine como lenguaje universal y como herramienta para fortalecer los lazos entre dos naciones hermanas: Rusia y Venezuela. El festival se realiza por primera vez en Venezuela, con sedes en Caracas y en la isla de Margarita.

La jornada inaugural contó con la presencia del embajador de Rusia en Venezuela, el ministro del Poder Popular para la Cultura, el rector de Unearte, el presidente de la Cinemateca Nacional y demás autoridades institucionales, quienes acompañaron la apertura oficial y las primeras proyecciones.

Ignacio Barreto, rector de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), señaló la pertinencia de la muestra para la formación artística, «Un agradecimiento por haber querido que sea en esta casa de estudios esta importante muestra de cine ruso actual; es coherente y pertinente para los estudios que intentamos dar en esta universidad. Estas actividades rompen con un bloqueo y son reacción ante esa guerra cognitiva a la cual nos tienen sometidos».

Igualmente, indicó que conocer otro cine Ruso es fundamental para entender, de otra manera distinta, a la que se nos impone el mundo y tener la posibilidad de conocer además ese cine que se está haciendo en esta época. «La selección de películas que vamos a ver, en el transcurso del Festival, puede acercarnos, a través de esa visión cinematográfica, a la idiosincrasia, el sentir y la tradición de otros pueblos, en este caso, el pueblo ruso; también nos abre a nosotros visiones y nos acerca mucho más a ese sentido de humanidad que deben tener nuestros egresados de Unearte», enfatizó.

Por su parte, Sergey Mélik-Bagdasárov, embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Rusia en Venezuela, destacó el valor humano y universal del cine ruso, «es un gran honor y una profunda alegría darles la bienvenida a la inauguración del Festival de Cine Ruso en Venezuela; nos sentimos profundamente orgullosos de celebrar aquí, en estos espacios, verdadera cuna del cine en Venezuela, este festival. El cine siempre ha sido el reflejo del alma de un país y el arte tiene el poder de unir corazones y tender puentes entre naciones. Hoy día, en el mundo occidental, se distorsiona el sentido de la cultura tratándola como un instrumento y llamándola ‘poder blando’; pero ésta no es un instrumento, es parte de un patrimonio que debemos transmitir de generación en generación. Y el cine, como forma de expresión artística y narrativa, ayuda a mantener vivo este legado y compartirlo con todas las audiencias».

El cine ruso -recalcó Mélik-Bagdasárov- es muestra de fortaleza del espíritu, solidaridad, la búsqueda de la verdad y la esperanza incluso en los momentos más difíciles. «Grupo Sanguíneo está basada en hechos reales; nos recuerda el precio del sacrificio y el valor de la vida humana. Es un homenaje a la memoria, la infancia y la fuerza moral que permitió a nuestro pueblo resistir y triunfar en la guerra que puso en peligro la libertad de nuestro país y de todo el mundo».

Igualmente el Embajador de Rusia, envió sus más sinceros agradecimientos al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a Unearte, cuna de talentos venezolanos, y a la Cinemateca Nacional, «que nos brindan la oportunidad de presentar nuestro cine. Su colaboración y entusiasmo son patrimonio vivo entre Rusia y Venezuela. Deseo días llenos de emociones, alegrías y descubrimientos; que disfruten del buen cine».

El ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas Poljak, durante la inauguración, ubicó la muestra en el contexto de una batalla cultural, enfatizando que, «Este es un acto sencillo, pero como bien ha resaltado el señor embajador, no es un acto de ‘poder suave’. Lo que vamos a ver es una pequeña muestra de la verdadera batalla en la que se encuentra la humanidad: la batalla cultural. Estas películas usualmente no están integradas al abanico de opciones de los pueblos del mundo. Existe una concentración capital que pretende borrar la diversidad y cambiar el mundo».

Asimismo hizo énfasis en que la muestra «es como David contra Goliat; para nuestros estudiantes es importante tener acceso a estas cinematografías. En el caso específico de Rusia, sabemos que enfrentan vanos intentos de cancelación de la cultura. Se pretende escamotear el papel histórico de Rusia y de la antigua Unión Soviética en la liberación de la humanidad del yugo del fascismo; se intenta reescribir la historia para que puedan resurgir el fascismo y otras expresiones similares. Le damos la bienvenida a la cinematografía rusa que se estrena a partir de hoy».

«¡Bienvenida Rusia siempre y por siempre, y bienvenidos todos los pueblos del mundo, todas las cinematografías por un mundo humano!», dijo el ministro Villegas.

Vladimir Sosa Sarabia, presidente de la Cinemateca Nacional y director del Programa Nacional de Formación de Audiovisuales en Unearte, celebró la llegada del festival a la universidad, ya que ayuda a los estudiantes a diversificar la mirada; «es todo un reto de nuestro tiempo, en donde la oferta cinematográfica está tomada por un solo cine. Las películas rusas son el resultado de más de 100 años de apuesta por una narrativa propia: los rusos proponen un lenguaje, una forma propia y se dieron a la tarea de teorizar y legar métodos para la realización y la enseñanza del arte.
Es plausible que, ante la abrumadora diversidad de formatos audiovisuales que hoy nos atacan con formas tan efímeras de relatar, el cine ruso se mantenga fiel al ‘género madre’, al arte padre», indicó Sosa Sanabria.

En cuanto a la película que abre el Festival de Cine Ruso, «Grupo Sanguíneo», Vladimir Sosa comentó que es una película bien lograda sobre un hecho atroz; «digo ‘linda’ por lo bien lograda que está, aunque la historia sea dolorosa. Da cuenta de que el nacionalsocialismo, el fascismo y sus formas de expresión no tienen parámetros éticos y hasta los niños y niñas son víctimas de la barbarie. Es difícil hacer un análisis técnico del montaje en el cine ruso cuando lo que narra la película es tan trágico. Esta película es importante porque relata y nos recuerda lo que no debemos volver a repetir. Películas como ésta deben verse y analizarse más allá de lo técnico: es un cine que sirve como arma para la conciencia».

Festival de Cine Ruso – Venezuela 2025

Organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Embajada de la Federación de Rusia, con el apoyo de la Cinemateca Nacional y Unearte, el Festival ofrece una programación variada que incluye proyecciones en idioma original con subtítulos en español, conversatorios, talleres y cine-foros destinados a estudiantes, investigadores y público general. La muestra busca ampliar el horizonte cultural de Venezuela y propiciar el diálogo entre cinematografías, haciendo énfasis en la memoria histórica, la soberanía cultural y la solidaridad entre pueblos.

La jornada inaugural presentó Grupo Sanguíneo (Группа крови), dirigida por Maksim Brius. Ambientada en 1943, durante la ocupación nazi, la cinta narra la historia de un grupo de huérfanos soviéticos confinados en un campo de trabajo y despliega desde allí una reflexión sobre la capacidad del espíritu humano para resistir frente al horror. La propuesta estética de Brius apuesta por una puesta en escena sobria y una fotografía de tonos fríos que evocan el desarraigo y, a la vez, la esperanza. El director privilegia la contención frente al melodrama, permitiendo que el dolor y la ternura coexistan en cada plano.

En lugar de presentar héroes invencibles, Grupo Sanguíneo muestra seres vulnerables que encarnan la fuerza colectiva ante la adversidad. Esa representación resuena con la sensibilidad venezolana: una nación que también ha sabido resistir, reinventarse y mantener viva su identidad frente a desafíos históricos. Más allá de su contexto bélico, la película funciona como espejo simbólico de la actualidad: habla de la dignidad de los pueblos, de la defensa de los valores humanos frente a la violencia impuesta y del deber de preservar la memoria como acto político. Su trasfondo proyecta una visión del mundo donde la solidaridad, la justicia y la autodeterminación son motores de la historia.

El festival, en su conjunto, reafirma la idea de que el arte es un territorio común de entendimiento y cooperación. Para las instituciones organizadoras, la muestra constituye una afirmación de la soberanía cultural: el cine no es un espectáculo distante, sino una herramienta de transformación social y política, capaz de tender puentes entre audiencias y de fortalecer lazos entre naciones a través del respeto y el intercambio cultural.

Texto: Daniela Barrios
Fotos y Videos: Isaac Casadiego / Frankmary Soriano

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