El diálogo sobre inclusión en el ámbito académico ha evolucionado. Ya no se trata solo de abrir espacios, sino de adaptar el entorno para que la diversidad cognitiva se convierta en una fuente de innovación y un motor de justicia social. Bajo esta premisa, la Universidad Nacional Experimental de las Artes, Unearte, fue sede del Simposio sobre Neurodiversidad y en el del desarrollo del taller práctico: «Encuentro: Potencialidades Arte y Cultura Inclusiva en las Universidades en los Universitarios Neurodivergentes».
La actividad que contó con la participación de la Fundación Mochila de Sueño del Joven Simón, se centró en la imperante necesidad de integrar el arte de manera transversal para la población neurodivergente. La Dra. Marerwin Carnevali Aleksic, líder de la Fundación, destacó que el taller no solo buscó concienciar a docentes y a la comunidad neurodivergente, sino también animarlos a implementar prácticas basadas en evidencia sobre el impacto positivo de las artes en el desarrollo personal y emocional de los estudiantes neurodivergentes a nivel universitario.

La neurodiversidad en el contexto educativo
El término neurodiversidad en la universidad abarca a estudiantes, docentes y personal con perfiles cognitivos diversos (como el autismo, TDAH, dislexia, entre otros) y busca crear entornos educativos que respeten y se adapten a estas diferencias. Los profesionales y estudiantes neurodivergentes a menudo enfrentan barreras en metodologías de enseñanza, evaluación, y socialización que no están diseñadas para sus necesidades específicas.
El encuentro sirvió como plataforma para estudiar y comprender el paradigma de la neurodiversidad, su enfoque social, y cómo se reconcilia con el concepto de discapacidad. La meta es que un alumno neurodivergente no sea visto como un desafío, sino como un líder y un elemento positivo dentro del aula, aprovechando sus potencialidades.
El arte como mecanismo de éxito
La Dra. Carnevali Aleksic hizo hincapié en que la idea central del evento es crear un modelo de trabajo, con apoyo de la Universidad de las Artes, que facilite la fase de transición del estudiante dentro de la vida universitaria. Esto implica sensibilizar a los docentes para que puedan reconocer y comprender qué significa ser una persona neurodivergente, sus desafíos y, más importante aún, sus potencialidades.
Según datos de la UNESCO, el contexto es crítico: uno de cada cinco niños y jóvenes en países desarrollados (entre el 35% y el 41%) presenta deficiencias en habilidades sociales, resultando en perturbaciones cognitivas o afectivas. El fomento de la inclusión del talento neurodivergente es vital no solo por el cumplimiento de derechos y justicia social —en línea con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad—, sino también porque la diversidad cognitiva es un motor de innovación.

Los neurodivergentes aportan pensamiento creativo, enfoques no convencionales y habilidades únicas, como los patrones de pensamiento en el autismo o el hiperfoco en el TDAH. En campos como STEM, arte e investigación, su perspectiva puede resolver problemas complejos de manera disruptiva.
Abordajes metodológicos y necesidades socioemocionales
El taller abordó metodologías para entender el proceso de enseñanza-aprendizaje y los distintos procesos de estudio y aprendizaje, incluyendo temas de accesibilidad cognitiva. La Fundación Mochila de Sueño del Joven Simón presentó sus programas de Habilidades para la Vida, Liderazgo y Ciudadanía Plena para jóvenes neurodivergentes, mostrando a través de sus monitores cómo abordan estas habilidades como un mecanismo de éxito para alcanzar un mejor aprendizaje en las aulas.
Para los alumnos neurodivergentes, las principales necesidades socioemocionales incluyen:
-Un fuerte sentido de pertenencia y seguridad.
-Apoyo en la gestión de emociones.
-Fomento de la comunicación afectiva.
-Desarrollo de habilidades sociales.
Panorama venezolano y llamado a la acción
La Dra. Carnevali Aleksic calificó el simposio como una «oportunidad maravillosa» para mejorar las condiciones de desarrollo de docentes y estudiantes en general. Sobre la experiencia en Venezuela, señaló que el país, históricamente a la vanguardia profesional en Latinoamérica, está ahora en un proceso de reconocimiento de las diferencias del paradigma de la neurodiversidad.

Existe una mayor conciencia y conocimiento, pero el trabajo debe continuar en varios frentes:
*Acompañamiento en procesos de accesibilidad universal y diseño universal.
*Fomentar metodologías activas, ágiles e innovadoras.
*Mejorar las cifras y el trabajo familiar y comunitario.
*Prestar más atención a los jóvenes, a menudo olvidados en el proceso de diagnóstico.
La Fundación, que atiende a niños, jóvenes (incluyendo niñas y mujeres jóvenes, un foco importante), y adultos en proceso de diagnóstico o ya diagnosticados, invitó a otras instituciones del Estado a abrir sus puertas y sumarse a la implementación de programas que mejoren la flexibilidad en la transición académica y la adaptación metodológica. El objetivo final es la eliminación de barreras sociales y estructurales para lograr una inclusión real.
Texto: Prensa @unearte_ve
Fotos: FS – IC – PV



















